Remodelación de la Archidiócesis de Barcelona

Carta Cardenal Omella “Hacia una Iglesia más evangelizadora”

El Cardenal Juan José Omella ha enviado una carta con fecha 17 de junio de 2021 para explicar de una forma más completa el proceso de cambio iniciado en la archidiócesis de Barcelona.

Publicamos a continuación las versiones en castellano y catalán.

Barcelona, 17 de junio de 2021
Carta al Pueblo de Dios que peregrina en la Archidiócesis de Barcelona
Hacia una Iglesia más evangelizadora
Queridos hermanos y hermanas:
Me vienen a la mente las palabras del profeta Isaías: «No temas, gusanillo de Jacob, oruga de Israel, yo mismo te auxilio ‒oráculo del Señor‒, tu libertador es el Santo de Israel» (Is 41,14).
Nosotros, miembros del pueblo de Dios, enviados por Cristo a evangelizar nuestro mundo, nos sentimos pequeños y, a veces, con miedo. Pero estas palabras del profeta Isaías nos ayudan a reconocer lo que somos y nos ayudan a poner nuestra confianza en el Señor, dueño de la viña y de la mies, Creador y Señor de todo lo que existe. Y nos recuerdan también que cuando hacemos pequeñas cosas, si las hacemos con amor y entrega generosa, Dios les da la fuerza necesaria y frondoso crecimiento.
Creo que, a través de distintos medios, os ha llegado el documento «borrador» con los criterios para empezar a trabajar todos juntos, sinodalmente, en la definición de las medidas necesarias para avanzar en la reorganización territorial de nuestras estructuras diocesanas con el fin de mejorar nuestra acción evangelizadora en la sociedad.
Este proceso responde a la invitación formulada por el papa Francisco en su documento programático Evangelii gaudium (EG). En el número 27 nos lanza su sueño que también es el nuestro:
«Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en un cauce adecuado para la evangelización del mundo actual más que para la autopreservación. La reforma de estructuras que exige la conversión pastoral solo puede entenderse en este sentido: procurar que todas ellas se vuelvan más misioneras, que la pastoral ordinaria en todas sus instancias sea más expansiva y abierta, que coloque a los agentes pastorales en constante actitud de salida y favorezca así la respuesta positiva de todos aquellos a quienes Jesús convoca a su amistad».
Desde que llegué a esta querida archidiócesis son muchos los sacerdotes y las comunidades parroquiales que me han transmitido la necesidad de iniciar un proceso de reorganización territorial de la acción pastoral y evangelizadora. De hecho, no es algo nuevo, ya que otras diócesis urbanas de Europa (por ejemplo, Milán y París) y de otros continentes han realizado o están realizando este proceso.
Además, desde el Consejo Episcopal de la Diócesis, desde los arciprestazgos, como desde los distintos Consejos Diocesanos y otras instancias de evangelización, se nos sugirió la necesidad de adaptarnos a las circunstancias del mundo de hoy tan cambiante, contando mucho con la gente, con los bautizados (seglares y religiosos), dándoles responsabilidad en los distintos niveles de participación. Dice el Papa: «Invito a todos a ser audaces y creativos en esa tarea de repensar los objetivos, las estructuras, el estilo y los métodos evangelizadores de las propias comunidades» (EG 33).
Por todos estos motivos hemos iniciado este proceso, necesario y apasionante. Sin embargo, sabemos que todo proceso de reforma genera dudas, tensiones y resistencias. Lamentablemente, han circulado algunas noticias falsas sobre este proceso de reestructuración pastoral. Podéis acceder a la Nota del Arzobispado donde se desmienten algunas de estas noticias falsas como la que decía que se iban a cerrar 160 parroquias en Barcelona.
Esas noticias falsas han querido hacer ruido, pero se han quedado en un viento pasajero que no impide descubrir la semilla de esperanza que brota de este proyecto. Realmente podríamos hacer nuestras las hermosas palabras del profeta Isaías: «Algo nuevo está brotando, ¿no lo notáis?» (Is 43,19). Palabras llenas de esperanza y que están aflorando en esta querida archidiócesis.
Este camino de reforma misionera que hemos iniciado juntos bajo la guía del Espíritu Santo afecta a la parroquia que, como nos recuerda el papa Francisco, «aunque ciertamente no es la única institución evangelizadora», es «la misma Iglesia que vive entre las casas de sus hijos y de sus hijas.» (EG 28). Y añade:
«La parroquia es presencia eclesial en el territorio, ámbito de la escucha de la Palabra, del crecimiento de la vida cristiana, del diálogo, del anuncio, de la caridad generosa, de la adoración y la celebración. A través de todas sus actividades, la parroquia alienta y forma a sus miembros para que sean agentes de evangelización. Es comunidad de comunidades, santuario donde los sedientos van a beber para seguir caminando, y centro de constante envío misionero. Pero tenemos que reconocer que el llamado a la revisión y renovación de las parroquias todavía no ha dado suficientes frutos en orden a que estén todavía más cerca de la gente, que sean ámbitos de comunión, de participación, y se orienten completamente a la misión» (EG 28).
Este proceso sinodal de reorganización y reforma afecta de manera particular a la organización territorial y funcional de las parroquias. Sin embargo, desde la diócesis también hemos iniciado un proceso de reorganización de otras instituciones y fundaciones diocesanas con el fin de hacerlas más evangelizadoras y que esperamos que, poco a poco, irá dando sus frutos.
Además del documento «borrador» con los criterios para empezar a trabajar sinodalmente en la reorganización territorial de nuestras parroquias, antes mencionado, se ha elaborado también otro «borrador» con una propuesta de mapa de cómo podría quedar la reorganización territorial de las parroquias en un futuro.
En todo caso, vuelvo a recordar que los dos documentos elaborados solo son «borradores» que proponemos para iniciar un debate a nivel interno dentro de los arciprestazgos y de las parroquias. Un debate que debe mirar hacia el futuro y tener en cuenta la opinión de los laicos y los consagrados, así como tomar en consideración las singularidades sociales y culturales de los diversos territorios de la diócesis para poder asegurar una acción evangelizadora y misionera de conjunto. A tal efecto, se ha enviado un cuestionario a las parroquias para que cada comunidad lo responda.
No hay nada preconcebido ni se quiere imponer nada. Lo que se ha enviado es sencillamente un documento de trabajo para que, en cada arciprestazgo, unidad de base de la pastoral en comunión, podáis hacer las correcciones y las propuestas que creáis oportunas. No se trata de criticar el documento, de ver falsas intenciones, de pensar que es un juego que viene de arriba para imponer lo que unos hermanos ‒que han elaborado estos documentos mártires‒ han pensado que tiene que llevarse a cabo «sí o sí». Es un sencillo trabajo, mejorable, por supuesto, ya que puede contener errores, pero a partir del cual podemos y debemos trabajar por responsabilidad, por amor a nuestra comunidad cristiana y por ser fieles al mandato del Señor de «llevar la Buena Nueva del Evangelio» a todos los rincones de nuestra sociedad.
Permitidme compartir con vosotros un texto del Concilio Vaticano II que puede ser objeto de nuestra meditación:
«Aunque la Iglesia, por la virtud del Espíritu Santo, se ha mantenido como esposa fiel de su Señor y nunca ha cesado de ser signo de salvación en el mundo, sabe, sin embargo, muy bien que no siempre, a lo largo de su prolongada historia, fueron todos sus miembros, clérigos o laicos, fieles al espíritu de Dios. Sabe también la Iglesia que aún hoy día es mucha la distancia que se da entre el mensaje que ella anuncia y la fragilidad humana de los mensajeros a quienes está confiado el Evangelio. Dejando a un lado el juicio de la historia sobre estas deficiencias, debemos, sin embargo, tener conciencia de ellas y combatirlas con máxima energía para que no dañen a la difusión del Evangelio. De igual manera comprende la Iglesia cuánto le queda aún por madurar, por su experiencia de siglos, en la relación que debe mantener con el mundo. Dirigida por el Espíritu Santo, la Iglesia, como madre, no cesa de “exhortar a sus hijos a la purificación y a la renovación para que brille con mayor claridad la señal de Cristo en el rostro de la Iglesia”» (Gaudium et spes 43,6).
Y para poder realizar esa purificación y renovación es necesario que cuidemos especialmente:
a) La primacía de la caridad pastoral y no de otros elementos externos o personales. Dicho de otra manera, es necesario un sensus Ecclesiae (concretae): un cierto sentido apostólico o pastoral y un cierto realismo, poniendo los intereses de conjunto por encima de los intereses particulares.
b) Estar en comunión con el todo. Solamente en la comunión con el todo se encuentra la verdad total. Es necesario evitar constituirse en un «todo» creyendo poseer la verdad sin dejarse interrogar. Cuando algunos empiezan a hacer campaña en contra, a no informar convenientemente o a inquietar a los feligreses no informando de que estamos en un proceso de diálogo, en un proceso de sinodalidad, es decir, de comunión, estamos en el mal camino e impedimos que la renovación y la purificación progresen.
c) La paciencia. Ni queremos ir a velocidad de crucero, ni dejarlo todo ad calendas graecas. El P. Yves Congar decía en su libro Verdadera y falsa reforma en la Iglesia que toda reforma, para ser católica, tiene que alimentar la comunión, robustecer la paciencia y acrecentar la alegría. Las cosas deben hacerse al ritmo de Dios, pero no podemos cruzarnos de brazos. De ahí que os invito a trabajar con diligencia, pero sin agobios, en este trabajo de reforma de la estructura de evangelización que os hemos propuesto desde el Consejo Episcopal. Donde podamos implantar la reforma, la pondremos ya en marcha. Donde no se pueda, dejaremos aprobado el mapa con los criterios y se aplicará cuando se pueda. No querría que cada cierto tiempo se siga repitiendo la cantinela de que tenemos que preparar las estructuras para el futuro en un mundo cambiante, y que al final no hagamos nada. A veces podemos caer, sin darnos cuenta, en lo que se dice del perro del hortelano, que ni come ni deja comer.
Las estructuras, si bien son necesarias, no son lo fundamental para poder evangelizar. Lo más importante es el alma, el espíritu, la pasión (el ardor). «El hombre contemporáneo escucha más a los testigos que a los maestros, y si escucha a los maestros es porque son testigos» (Evangelii nuntiandi 41). No hay renovación exterior eficaz sin conversión interior. Sin abandonar la problemática de las estructuras, tenemos que fomentar más el espíritu misionero y de comunión con Cristo y con los hermanos, una comunión que nace de la Eucaristía, que es «fuente y cumbre de toda la vida cristiana» (Lumen gentium 11), para poder llevar a cabo la misión evangelizadora que nos ha confiado el Señor y que es el fin último de la Iglesia.
Este trabajo sinodal de reforma que hemos iniciado, con el fin de reorganizar las estructuras territoriales de evangelización, lo queremos realizar en el marco del Plan Pastoral Diocesano ¡Salgamos!, con sus ejes de la fraternidad y los jóvenes, el de los pobres que acompaña este curso y el del discernimiento que iniciaremos en el próximo.
Providencialmente, esta iniciativa se ha visto acompañada por la convocatoria por el Santo Padre de la Asamblea General del Sínodo de los Obispos bajo el lema: Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión, que el próximo 17 de octubre iniciará su fase diocesana.
Deseo y os pido a todos que os unáis gozosos a estas iniciativas que vienen de la Santa Sede y de la Diócesis con el fin de evangelizar mejor y dejar ya preparado un camino más llano para los futuros evangelizadores, donde las estructuras estén al servicio de la evangelización.
Con mi afecto y bendición,
† Card. Juan José Omella Omella Arzobispo de Barcelona leo.

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Barcelona, 17 de juny de 2021
Carta al Poble de Déu que pelegrina a l’Arxidiòcesi de Barcelona
Cap a una Església més evangelitzadora
Estimats germans i germanes:
Em venen al cap paraules del profeta Isaïes: « Poble de Jacob, que ets com un cuc, Israel, que ets ben poca cosa, no tinguis por, jo t’ajudo! Ho dic jo mateix, el Senyor. Jo, el Sant d’Israel, sóc el qui t’allibera.» (Is 41,14).
Nosaltres, membres del poble de Déu, enviats per Crist a evangelitzar el nostre món, ens sentim petits i, de vegades, amb por. Però aquestes paraules del profeta Isaïes ens ajuden a reconèixer el que som i ens ajuden a posar la nostra confiança en el Senyor, amo de la vinya i dels sembrats, Creador i Senyor de tot el que hi ha. I ens recorden també que quan fem petites coses, si les fem amb amor i entrega generosa, Déu els dona la força necessària i un frondós creixement.
Crec que, a través de diferents mitjans, us ha arribat el document «esborrany» amb els criteris per començar a treballar tots junts, sinodalment, en la definició de les mesures necessàries per avançar en la reorganització territorial de les nostres estructures diocesanes per tal de millorar la nostra acció evangelitzadora en la societat.
Aquest procés respon a la invitació formulada pel papa Francesc en el seu document programàtic Evangelii gaudium (EG). Al número 27 ens llança el seu somni que també és el nostre:
«Somio amb una opció missionera capaç de transformar-ho tot, perquè els costums, els estils, els horaris, el llenguatge i tota estructura eclesial esdevingui un camí adequat per a l’evangelització del món actual més que per a l’autopreservació. La reforma d’estructures que exigeix la conversió pastoral només pot entendre’s en aquest sentit: procurar que totes elles esdevinguin més missioneres, que la pastoral ordinària en totes les seves instàncies sigui més expansiva i oberta, que col·loqui els agents pastorals en constant actitud de sortida i afavoreixi així la resposta positiva de tots aquells que Jesús convoca a la seva amistat».
Des del moment en què vaig arribar a aquesta estimada arxidiòcesi són molts els sacerdots i les comunitats parroquials que m’han transmès la necessitat d’iniciar un procés de reorganització territorial de l’acció pastoral i evangelitzadora. De fet, no és una cosa nova, altres diòcesis urbanes d’Europa (per exemple, Milà i París) i d’altres continents han realitzat o estan realitzant aquest procés.
A més, des del Consell Episcopal de la Diòcesi, des dels arxiprestats, com des dels diferents Consells Diocesans i altres instàncies d’evangelització, se’ns va suggerir la necessitat d’adaptar-nos a les circumstàncies del món d’avui tan canviant, tenint molt en compte la gent, els batejats (seglars i religiosos), donant-los responsabilitat en els diferents nivells de participació. Diu el Papa: «Invito tothom a ser audaços i creatius en aquesta tasca de repensar els objectius, les estructures, l’estil i els mètodes evangelitzadors de les pròpies comunitats.» (EG 33).
Per tots aquests motius hem iniciat aquest procés, necessari i apassionant. No obstant això, sabem que tot procés de reforma genera dubtes, tensions i resistències. Lamentablement, han circulat algunes notícies falses sobre aquest procés de reestructuració pastoral. Podeu accedir a la Nota de l’Arquebisbat on es desmenteixen algunes d’aquestes notícies falses com la que deia que es tancarien 160 parròquies a Barcelona.
Aquestes notícies falses han volgut fer soroll, però s’han quedat en un vent passatger que no impedeix descobrir la llavor d’esperança que brolla d’aquest projecte. Realment podríem fer nostres les boniques paraules del profeta Isaïes: «Faré una cosa nova, que ja comença a despuntar. No us n’adoneu?» (Is 43,19). Paraules plenes d’esperança i que estan aflorant en aquesta estimada arxidiòcesi.
Aquest camí de reforma missionera que hem iniciat tots junts sota el guiatge de l’Esperit Sant afecta la parròquia que, com ens recorda el papa Francesc, «encara que certament no és l’única institució evangelitzadora», és «la mateixa Església que viu entre les cases dels seus fills i de les seves filles » (EG 28). I afegeix:
«La parròquia és presència eclesial al territori, àmbit de l’escolta de la Paraula, del creixement de la vida cristiana, del diàleg, de l’anunci, de la caritat generosa, de l’adoració i de la celebració. A través de totes les seves activitats, la parròquia encoratja i forma els seus membres perquè siguin agents d’evangelització. És comunitat de comunitats, santuari on els assedegats beuran per continuar caminant, i centre de constant enviament missioner. Però hem de reconèixer que la crida a la revisió i renovació de les parròquies encara no ha donat suficients fruits amb vista que estiguin encara més prop de la gent, que siguin àmbits de viva comunió i participació, i s’orientin completament a la missió» (EG 28).
Aquest procés sinodal de reorganització i reforma afecta de manera particular l’organització territorial i funcional de les parròquies. No obstant això, des de la diòcesi també hem iniciat un procés de reorganització d’altres institucions i fundacions diocesanes per tal de fer-les més evangelitzadores i que esperem que, a poc a poc, anirà donant els seus fruits.
A més del document «esborrany» amb els criteris per començar a treballar sinodalment en la reorganització territorial de les nostres parròquies, que abans he esmentat, s’ha elaborat també un altre «esborrany» amb una proposta de mapa de com podria quedar la reorganització territorial de les parròquies en un futur.
En tot cas, torno a recordar que els dos documents elaborats només són «esborranys» que proposem per iniciar un debat a nivell intern dins dels arxiprestats i de les parròquies. Un debat que ha de mirar cap al futur i tenir en compte l’opinió dels laics i dels consagrats, així com tenir en consideració les singularitats socials i culturals dels diversos territoris de la diòcesi per poder assegurar una acció evangelitzadora i missionera de conjunt. A aquest efecte, s’ha enviat un qüestionari a les parròquies perquè cada comunitat el respongui.
No hi ha res preconcebut ni es vol imposar res. El que s’ha enviat és senzillament un document de treball perquè, en cada arxiprestat, unitat de base de la pastoral en comunió, pugueu fer les correccions i les propostes que cregueu oportunes. No es tracta de criticar el document, de veure falses intencions, de pensar que és un joc que ve de dalt per imposar el que uns germans ‒que han elaborat aquests documents màrtirs‒ han pensat que s’ha de dur a terme «sí o sí» . És un senzill treball, millorable, per descomptat, ja que pot contenir errors, però a partir del qual podem i hem de treballar per responsabilitat, per amor a la nostra comunitat cristiana i per ser fidels al mandat del Senyor de «portar la Bona Nova de l’Evangeli» a tots els racons de la nostra societat.
Permeteu que comparteixi amb vosaltres un text del Concili Vaticà II que pot ser objecte de la nostra meditació:
«Bé que l’Església, per la virtut de l’Esperit Sant, s’ha mantingut sempre esposa fidel del seu Senyor i no ha deixat mai de ser un signe de salvació en el món, sap molt bé, tanmateix, que hi ha hagut al llarg dels segles, entre els seus membres, clergues i laics que van ser infidels a l’Esperit de Déu. L’Església tampoc no ignora la distància entre el missatge que ella porta i la feblesa humana d’aquells a qui ha confiat l’Evangeli. Sigui quin sigui el judici que la història faci d’aquests defectes, n’hem de ser conscients i els hem de combatre amb energia perquè no perjudiquin la difusió de l’Evangeli. L’Església sap prou, gràcies a l’experiència dels segles, fins a quin punt li cal madurar contínuament en les seves relacions amb el món. Guiada per l’Esperit Sant, la mare Església sense parar “exhorta els seus fills a la purificació i a la renovació perquè el senyal de Crist resplendeixi amb més claredat sobre la faç de l’Església”» (Gaudium et spes 43,6).
I per poder realitzar aquesta purificació i renovació cal que tinguem cura especialment d’aquests aspectes:
a) La primacia de la caritat pastoral i no d’altres elements externs o personals. Dit d’una altra manera, cal un sensus Ecclesiae (concretae): un cert sentit apostòlic o pastoral i un cert realisme, posant els interessos de conjunt per sobre dels interessos particulars.
b) Estar en comunió amb el tot. Solament en la comunió amb el tot es troba la veritat total. Cal evitar constituir-se en un «tot» creient posseir la veritat sense deixar-se interrogar. Quan alguns comencen a fer campanya en contra, a no informar convenientment o inquietar els feligresos no informant que estem en un procés de diàleg, en un procés de sinodalitat, és a dir, de comunió, estem en el mal camí i impedim que la renovació i la purificació progressin.
c) La paciència. Ni volem anar a velocitat de creuer, ni deixar-ho tot ad calendas graecas. El P. Yves Congar deia en el seu llibre Veritable i falsa reforma en l’Església que tota reforma, perquè sigui catòlica, ha d’alimentar la comunió, enfortir la paciència i acréixer l’alegria. Les coses s’han de fer al ritme de Déu, però no podem quedar-nos amb els braços plegats. Per això, us convido a treballar amb diligència, però sense aclaparar-nos, en aquest treball de reforma de l’estructura d’evangelització que us hem proposat des del Consell Episcopal. On puguem implantar la reforma, la posarem ja en marxa. On no es pugui, deixarem aprovat el mapa amb els criteris i s’aplicarà quan es pugui. No voldria que de tant en tant se segueixi repetint la cantarella que hem de preparar les estructures per al futur en un món canviant, i que finalment no fem res. De vegades podem caure, sense adonar-nos, en el que es diu del gos de l’hortolà, que no menja ni deixa menjar.
Les estructures, si bé són necessàries, no són el més important per poder evangelitzar. El més important és l’ànima, l’esperit, la passió (l’ardor). «L’home contemporani escolta més de grat els testimonis que els mestres o, si escolta els mestres, és perquè són testimonis» (Evangelii nuntiandi 41). No hi ha renovació exterior eficaç sense conversió interior. Sense abandonar la problemàtica de les estructures hem de fomentar més l’esperit missioner i de comunió amb Crist i amb els germans, una comunió que neix de l’Eucaristia, que és «font i cimal de tota la vida cristiana» (Lumen gentium 11), per poder dur a terme la missió evangelitzadora que ens ha confiat el Senyor i que és la finalitat última de l’Església.
Aquest treball sinodal de reforma que hem iniciat, per tal de reorganitzar les estructures territorials d’evangelització, el volem realitzar en el marc del Pla Pastoral Diocesà Sortim!, amb els seus eixos de la fraternitat i els joves, el dels pobres que acompanya aquest curs i el del discerniment que iniciarem en el proper.
Providencialment, aquesta iniciativa s’ha vist acompanyada per la convocatòria pel Sant Pare de l’Assemblea General del Sínode dels Bisbes amb el lema: Per una Església sinodal: comunió, participació i missió, que el pròxim 17 d’octubre iniciarà la seva fase diocesana.
Desitjo i us demano a tots que us uniu joiosos a aquestes iniciatives que venen de la Santa Seu i de la Diòcesi per tal d’evangelitzar millor i deixar ja preparat un camí més planer per als futurs evangelitzadors, on les estructures estiguin al servei de l’evangelització.
Amb el meu afecte i benedicció,
† Card. Joan Josep Omella Omella Arquebisbe de Barcelona mattis, pulvinar dapibus leo.

Información sobre la reestructuración territorial de nuestra Archidiócesis

Se ha iniciado un proceso de reestructuración de nuestra Archidiócesis de Barcelona. Vivimos tiempos sociales y eclesiales nuevos. Pensando en el mejor futuro de nuestra Archidiócesis, desde el Consejo Episcopal han considerado necesario planificar una remodelación partiendo desde la comunión y para la misión. Se propone integrar las actuales parroquias en comunidades pastorales. Se trata de poner en común lo que cada parroquia tiene o ha hecho hasta ahora para ponerlo al servicio de la misión evangelizadora de la Iglesia. Eso nos pide trabajar en equipo en nuestra comunidad y con las comunidades parroquiales de nuestra zona pastoral. Es una llamada a colaborar en este proceso.

El Cardenal Joan Josep Omella ha enviado un escrito a cada parroquia. En esta propone un itinerario con dos fases.

  1. Primera fase hasta este mes de junio de 2021. En esta se pide dialogar sobre una propuesta inicial de principios rectores y de un mapa de distribución de las parroquias. Se trata de un plan inicial, sujeto a cambios con las aportaciones que se puedan hacer. Para ello, se enviará un cuestionario a cada parroquia para que desde el Consejo Pastoral Parroquial se hagan las contribuciones que se consideren pertinentes. El Consejo Episcopal analizará estas sugerencias y elaborará unos principios rectores más perfilados, un mapa más definido de las comunidades pastorales de cada zona y una hoja de ruta para los próximos años.
  2. Segunda fase a partir del mes de setiembre de 2021. Durante el próximo curso se propone que las parroquias que ya se intuye que llegarán a integrarse en comunidades pastorales empiecen ese proceso. Habrá un plan y un ritmo diferenciado para cada arciprestazgo. Se partirá de la realidad actual de cada parroquia.

Nuestra Parroquia de Santa Eulàlia de Provençana, a través de su Consejo Parroquial, ha hecho llegar a la última reunión del Consejo Arciprestal de l’Hospitalet de Llobregat un informe. En éste se destaca la dinámica positiva de nuestra comunidad. Se propone mantenerla sin cambios en este proceso inicial de transformación de la archidiócesis mientras se va trabajando en la reflexión conjunta con el resto de las parroquias del entorno.

Se irá informando en esta página sobre la evolución de este proceso.

Aportamos a continuación el acta de la reunión del Consejo Arciprestal de L’Hospitalet de Llobregat de 13 de mayo de 2021.

INFORME DEL CONSELL ARXIPRESTAL DE 13 DE MAIG DE 2021

El Consell es va celebrar el propassat 13 de maig a les 7 de la tarda i va finalitzar a dos quarts de nou. Varen participar els/les representants dels consells parroquials de l’arxiprestat de l’Hospitalet: La Inmaculada, Sant Joan Evangelista, Mare de Déu de Bellvitge, Santa Maria del Gornal, Santa Eulàlia de Mérida, Sant Josep,  Santa Eulàlia de Provençana, i Sant Isidre.

Respecte a la proposta de creació de les comunitats pastorals, els membres del Consell Arxiprestal varen poder manifestar les reflexions fetes en el sí dels consells parroquials que representaven.

Els distints pronunciaments dels membres del Consell foren de reconeixement de la necessitat d’una planificació futura de l’arxidiòcesi per fer front als canvis socials i exercir de manera eficaç  l’acció eclesial.

Així mateix es va coincidir que el procés de constitució de les comunitats pastorals havia de ser pausat, assossegat, audaç i coratjós. Sense crear neguits, més aviat  il·lusió i confiança.  En aquest sentit, es va ressaltar que la proposta de remodelació era tant sols una proposta sobre la qual es podria fer-hi quantes aportacions s’estimessin oportunes.  

Més específicament, es va informar que les parròquies de Sant Joan Evangelista, Mare de Déu de Bellvitge, Santa Maria del Gornal, ja estaven funcionant com una “unitat pastoral”. Que elles ja havien comunicat a la seva feligresia que s’estava iniciant un procés de constitució de les Comunitats Pastorals, mitjançar un full dominical número 253, de març de 2021, titulat “Hacia una nueva organización de la diócesis, en comunidades pastorales”. També es va posar en relleu que la parròquia de Sant Josep esta mancada d’un rector i que es troba sota la tutela del de Santa Eulàlia de Mérida.

Per part de la parròquia de Santa Eulàlia de Provençana es va respondre al requeriment del Sr. Cardenal de fer aportacions en els principis rectors de la proposta de remodelació en els termes dels suggeriments recollits en els distints diàlegs establerts entre els membres del consell parroquial (reunions, e-mails, whatsaps…), amb el vist-i-plau del nostre rector, Mn. Ramón:

  • Es van fer unes consideracions prèvies al document on posarem de manifest que la nostra parròquia, com altres, es troba inserida en una societat plural, complexa i securalitzada i que acull diferents sensibilitats, la de la gent autòctona i dels vinguts d’altres latituds. També varem ressaltar que Santa Eulàlia observa i compleix amb els principis bàsics de l’acció eclesial (Evangelització – servei eucarístic i sagramental – caritat).
  • Es van fer uns comentaris sobre la proposta de remodelació, exposant que alguns dels problemes en què es troba l’Església no depenen de les parròquies i que tenen a veure més amb la posició eclesiàstica oficial (ordenació homes casats, de les dones, celibat..). També fent esment a la contrarietat, incertesa i temença que comporta la proposta de remodelació, qüestionant si els canvis, més que aportar esperança i il·lusions poden arribar a desorientar i descoratjar als feligresos implicats en la dinàmica parroquial.
  • Es van fer comentaris sobre els principis rectors manifestant que sí, que cal reconèixer que estem en un temps de canvi social i eclesial respecte al qual les parròquies han de trobar la manera de situar-s’hi i respondre a les vicissituds del mon real. Es va voler manifestar que costa d’entendre el fet diferencial entre “unitats pastoral” (que en la proposta de remodelació estima que son insuficients per respondre als reptes de canvi) i les “comunitats pastorals”, ja que tenen la mateixa “missió”, la de l’acció eclesial (Evangelització – servei eucarístic i sagramental – caritat).

També es va fer referència a que el plantejament organitzatiu de les “comunitats pastorals” ha de preveure que es respecti la manera com vulgui viure el sacerdot diocesà –  que sigui de lliure elecció si vol viure en comunitat – ; que es fa convenient regularitzar les funcions dels laics alliberats que es puguin responsabilitzar d’una parròquia o centre de culte; i que sempre el lideratge de qualsevol equip pastoral o comunitat ha de estar al càrrec d’una persona estatutària de l’església.  

  • Es va fer una proposta concreta en el procés de reestructuració de l’arxidiòcesi, en el sentit que fora oportú i convenient formar, prèviament, a mode d’experiència, unes determinades coalicions parroquials, en un concepte d’unió transitòria, per tal de provar i examinar la dinàmica eclesial que es pot desenvolupar. Coalició que estaria basada, tal com diu el document de proposta de remodelació en criteris sociològics i pastorals.

Comunicados de la diócesis sobre la reestructuración

Comunicado de 17 de mayo de 2021

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